Estoy segura muchísimas veces te has preguntado qué más puedes hacer y qué nuevas estrategias puedes implementar para que tu bebé duerma mejor, pero, ¿alguna vez has pensado que tu estado de ánimo puede impactar en su sueño? 

Y es que, por más extraño que suene, es así. Un estudio llamado "Emotional Availability at Bedtime, Infant Temperament, and Infant Sleep Development from 1 to 6 Months" (Ni Jian and Douglas M. Teti, 2016) explica tres aspectos que influyen en la calidad de sueño de los bebés durante los primeros seis meses de vida y uno de ellos tiene que ver con nuestro estado de ánimo: 

1. Fase madurativa y desarrollo del sueño infantil.
2. Disponibilidad emocional de los padres.
3. Temperamento del bebé. 

1. El desarrollo del sueño infantil (fase madurativa)

El sueño infantil se consolida durante los primeros 6 meses de vida, en este tiempo aumenta el tiempo del sueño nocturno y  disminuye la duración y  frecuencia de los despertares nocturnos, es decir, a medida que va creciendo, tu bebé duerme por más tiempo durante la noche y tiene menos despertares. (Burnham, Goodlin-Jones, Gaylor, & Anders, 2002; Henderson, France, & Blampied, 2011).

Aunque es cierto que el sueño infantil tiene una tendencia madurativa y evoluciona a medida que tu bebé va creciendo, hay varios factores que pueden influir en el desarrollo del sueño. Algunos de estos factores están asociados a las condiciones del entorno y las características propias de tu bebé. 

2. Disponibilidad emocional a la hora de dormir 

El estar presente física y emocionalmente para tu bebé a la hora de dormir tiene un impacto importantísimo en el desarrollo de su sueño durante la noche y la duración del mismo. Además, está demostrado que la DE parental impacta en el desarrollo infantil, el apego y la calidad afectiva entre padre e hijo (Biringen, 2000; Easterbrooks, Bureau, & Lyons-Ruth, 2012). 

Pero, ¿Qué es la disponibilidad emocional? 

El concepto de la DE (disponibilidad emocional) parental estudia la capacidad de los papás de estar presentes, entender las señales y necesidades emocionales de sus hijos y proporcionarle las respuestas emocionales adecuadas a la hora de dormir. 

Aspectos claves de la escala de DE*:  

1. Sensibilidad: identificar y responder de forma adecuada a las señales de tu bebé.
   
2. Estructuración: implementar rutinas tranquilizadoras y consistentes para incentivar a tu bebé a conciliar el sueño.
   
3. No intrusividad: disminuir los juegos o interacciones estimulantes a la hora de dormir. 
4. No hostilidad: evitar expresar irritabilidad, frustración o impaciencia a la hora de dormir.

*  Escala de Disponibilidad Emocional - (EAS; Biringen, Robinson, & Emde, 1998)

¿Qué puedes hacer? 

 Y es que, aunque a veces parezca imposible aislar nuestras propias emociones y la carga del cansancio al final del día, el estar tranquilo y disponible para tu bebé, lo puede ayudar a dormir muchísimo mejor.  

• Calma y consistencia: Entrar a la rutina nocturna en un estado de calma y serenidad y responder a las necesidades de tu bebé de forma consistente te va a permitir establecer una rutina de sueño predecible y segura. Si respondes siempre de la misma manera, tu bebé va a saber qué esperar y esto le genera seguridad y tranquilidad. 
• Conexiones positivas: Hablarle de forma calmada, darle contacto físico y en general establecer una interacción positiva y segura le va a permitir relajarse con mayor facilidad y conciliar el sueño de forma más rápida.

3. Temperamento del bebé

 No todos los bebés son iguales, hay algunos tienen mayor necesidad de estimulación e interacción y temperamentos un poco más desafiantes. En estos casos, la DE materna juega un papel aún más importante a la hora de dormir. Es probable que estos bebés necesiten estrategias adicionales en las cuales se controle el entorno de sueño y se generen conexiones positivas mucho más fuertes que le brinden la tranquilidad y seguridad para desarrollar buenos hábitos de sueño. 

CONCLUSIONES:

Generar vínculos y espacios de conexión es un pilar fundamental de la maternidad y nuestro proceso de crianza y el momento de dormir no es la excepción. Entender la influencia tan grande que tenemos en nuestros hijos nos permite reflexionar para ser mucho más conscientes de lo que les estamos transmitiendo con nuestra actitud, estado de ánimo, etc. 

No siempre es fácil y es difícil aislar las cargas propias de nuestra rutina. Es normal que si un día te fue malísimo en la oficina, se te regó el café en el carro y te agarró un tráfico espantoso de regreso a casa, llegues a la casa cargada y que tu estado de ánimo no sea el mejor y es totalmente válido. La clave es saber identificarlo y ser muy conscientes del rol tan importante que tenemos como reguladores emocionales de nuestros hijos. 

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