Sueño en niños neurodivergentes: causas y estrategias efectivas
Nov 10, 2025El sueño infantil ya es un reto para muchas familias. Pero cuando hablamos de niños neurodivergentes —como aquellos con Trastorno del Espectro Autista (TEA) o Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)—, las noches pueden volverse aún más desafiantes.
Entender por qué ocurre esto y cómo acompañarlos desde el respeto, la observación y la ciencia, es clave para lograr un descanso real... para ellos y para todos en casa.
¿Por qué a los niños neurodivergentes les cuesta dormir?
Dormir es una experiencia compleja que requiere desconectarse del entorno, disminuir los estímulos y permitir que el cuerpo y la mente entren en un estado de reposo. Para muchos niños neurodivergentes, este proceso no es tan automático ni sencillo.
Cifras que nos hacen reflexionar
Los estudios más recientes son claros:
-
Hasta el 83 % de los niños con autismo presentan trastornos del sueño.
-
En niños con TDAH, ese porcentaje ronda el 50 %.
-
En comparación, solo entre el 20 y 30 % de los niños neurotípicos presentan dificultades significativas para dormir.
Estas cifras no son menores. Y reflejan algo que muchos padres ya intuían desde la experiencia: que el descanso nocturno en la neurodivergencia requiere un acompañamiento distinto.
¿Qué causa los trastornos de sueño en la neurodivergencia?
Hay múltiples factores que pueden interferir con el sueño de un niño neurodivergente. Algunos tienen raíz biológica, otros sensorial, emocional o conductual.
Las causas más comunes incluyen:
-
Producción alterada de melatonina: Muchos niños con TEA producen menos melatonina o lo hacen en horarios inusuales, lo que retrasa o interrumpe el sueño.
-
Hipersensibilidad sensorial: La luz, los sonidos, ciertas texturas (como las sábanas) o incluso los olores pueden dificultar la relajación.
-
Rigidez cognitiva y necesidad de control: Cambios inesperados en la rutina pueden generar ansiedad y resistencia a dormir.
-
Hiperactividad o ansiedad: Muy común en TDAH, y en cuadros de autismo con ansiedad comórbida.
-
Ritmo circadiano desregulado: Algunos niños presentan inversión del ciclo sueño-vigilia, lo que significa que se activan justo cuando deberían descansar.
Estrategias que pueden mejorar el sueño
Aunque no hay soluciones mágicas ni únicas, sí existen recursos basados en evidencia que pueden marcar una gran diferencia en la calidad del descanso de estos niños.
1. Establecer rutinas visuales
Los pictogramas o dibujos con secuencias ayudan a estructurar mentalmente la rutina nocturna. Por ejemplo:
🛁 baño → 👕 pijama → 📖 cuento → 😴 dormir
Esto no solo reduce la ansiedad anticipatoria, sino que favorece la cooperación al darles a los niños mayor comprensión y control sobre lo que va a ocurrir. Diversos estudios lo avalan como una estrategia efectiva en niños con TEA.
2. Crear un ambiente sensorialmente regulado
El entorno influye muchísimo. Algunos ajustes que ayudan:
-
Usar luz cálida y tenue en la noche
-
Instalar cortinas blackout para oscurecer el cuarto
-
Incorporar sonido blanco suave
-
Evitar olores fuertes o texturas irritantes
-
Mantener una temperatura agradable (ni muy fría ni muy caliente)
Para niños con TDAH o autismo, un cuarto ruidoso, brillante o caótico puede resultar más estimulante que calmante.
3. Favorecer transiciones suaves antes de dormir
Esperar que un niño neurodivergente pase del juego activo al sueño en cinco minutos es poco realista.
Actividades tranquilas antes de dormir —como leer, dibujar o armar un rompecabezas— ayudan al cuerpo y al cerebro a “bajar revoluciones”. Evita pantallas, luces brillantes o juegos físicos que lo activen.
4. Evitar pantallas al menos 1 hora antes
La luz azul emitida por celulares, tablets o televisores inhibe la producción natural de melatonina. Esto afecta a todos los niños, pero el impacto es aún mayor en la neurodivergencia.
Idealmente, las pantallas deben apagarse al menos 1 hora antes de dormir.
Observar, ajustar y acompañar: la clave
Cada niño es distinto, incluso dentro del mismo diagnóstico. Lo que funciona para uno, puede activar a otro.
Por eso es tan importante observar y ajustar. Pregúntate:
-
¿Qué lo calma?
-
¿Qué lo pone nervioso?
-
¿Qué le da ansiedad?
-
¿Qué pasa justo antes de los despertares?
Llevar un pequeño registro durante unos días puede darte pistas valiosas para adaptar su rutina y su entorno.
Conclusiones
-
Los trastornos del sueño son muy comunes en niños con TEA o TDAH, pero no son para siempre.
-
Comprender las causas desde lo neurológico y sensorial permite acompañar desde la empatía.
-
Existen herramientas reales y validadas que pueden mejorar el descanso nocturno.
-
La observación y la adaptación son más efectivas que imponer fórmulas estándar.
-
Dormir bien es un derecho, también en la neurodivergencia.
Cuando tu hijo duerme mejor, tú también puedes descansar, reconectar contigo y volver a disfrutar tus días. En SoyEsaMamá tenemos dos cursos: Primeras Señales del Espectro, y el otro Criando en el Espectro, disponibles para ayudarte a entender mucho mejor cada señal y detalle que tu hija te envía.
Además, si sientes que necesitas agendar una llamada con auna consultora de nuestro equipo para contarle tu caso y te ayude a organizar la rutina nocturna de tu hijo, haz clic acá abajo. En SoyEsaMamá, estamos siempre atentas a tus necesidades para ayudar que todos descansen mejor en casa.
Suscríbete al Newsletter
Recibe notificaciones cuando hayan nuevos artículos, contenidos gratuitos, promociones, webinars, cursos nuevos, y más
¡Odiamos el SPAM! Jamás venderemos tu información.
